viernes, 21 de noviembre de 2008

Reflexiones felices


Aquí estoy de nuevo, superado ya el ‘miedo escénico’ del debut como blogista, para expresar la enorme alegría que supone para la bodega haber recibido 826 trabajos en el II Concurso de Micro-relatos Martín Berdugo. Una convocatoria que nos ha sorprendido y que ha tenido eco hasta en 17 países, con obras llegadas desde todos los puntos del continente americano y de buena parte de Europa. ¡Ha sido alucinante!

Estamos enormemente satisfechos y orgullosos de que nuestra invitación a describir la idea de la felicidad en apenas 60 palabras haya logrado esta repercusión, porque creo que estamos consiguiendo el objetivo que perseguimos con esta propuesta que, además de propiciar un acercamiento entre bodega y cliente estableciendo una línea de comunicación original, pretende crear un buen ambiente, que el vino sea un acompañante más en la mesa y tratar de ayudar a que todos los días sean un poco diferentes y darles ese toquecito de ilusión y de alegría, en definitiva que el vino nos ayude a quitar prejuicios y esas vergüenzas iniciales y contribuya a pasárnoslo bien y a disfrutar con él.Por las reflexiones de algunos de los participantes he podido constatar que la publicación del relato ganador en las contraetiquetas de las botellas Martín Berdugo es todo un acierto y constituye una buena excusa para despertar una amena conversación en torno al vino, favoreciendo así la comunicación y el entendimiento.

Uno de los testimonios más emotivos es el de una pareja sevillana, que ha enviado su relato al concurso, que deja patente que nuestro vino propicia momentos muy especiales, como cuando conocieron el certamen a través de una de las corbatas que colocamos en las botellas, cenando en un restaurante Tapelia de la capital hispalense.
“Era una cena especial, digamos de reconciliación. Pedimos una botella de Martín Berdugo, como solíamos hacer en otros tiempos. Sin duda, el caldo nos ayudó (nos dio un empujoncito, como se dice por aquí) para continuar luchando por nosotros. Aquella noche fue realmente mágica...”, confesaba la amiga Isabel.

El jurado ya se ha puesto manos a la obra y el próximo mes de diciembre conoceremos los ganadores y podremos brindar con ellos disfrutando de un intenso fin de semana en la bodega, al igual que hicieron el año anterior Susana Carol Sutherland, que inauguró el palmarés del concurso, y los dos finalistas: Ana Rubio Ramírez Máximo Díez Rabago. Un premio “con corazón”, según Susan, quien calificaba la experiencia como “uno de esos premios cálidos, llenos de emociones, que por mucho que pase el tiempo, se guardan como un enorme regalo para el alma”.

miércoles, 12 de noviembre de 2008


¡MENUDA VENDIMIA!

Por fin respiramos tranquilos, pero la verdad es que ¡menuda vendimia hemos tenido este año! Ha sido tremendo, casi como una película del Oeste americano. Con un montón de emociones y suspense, con los dedos cruzados y mirando al cielo en todo momento. El año venía retrasado y para ir animando la campaña las temibles heladas hicieron su aparición en la zona a comienzos de octubre, amenazando con cortar el proceso de maduración. Normalmente por estas latitudes es en primavera cuando nos zumban las bajas temperaturas, pero últimamente parece que se están poniendo de moda también las dañinas heladas a comienzos del otoño. Por suerte la ubicación de nuestro pago de cantos rodados en un valle abierto situado junto al río Duero nos libró de los hielos y la uva pudo completar el ciclo sin problemas.

A diferencia de las últimas temporadas, más madrugadoras, empezamos la recolección bien entrado el mes de octubre, allá por El Pilar, y si ya la preocupación comenzaba a aflorar por el retraso, la emoción terminó por convertirse en excitación al borde de un ataque de nervios porque se registraron de manera intermitente varios días de lluvia que paralizaron y ralentizaron la vendimia haciendo sobrevolar el fantasma de la temida botrytis (podredumbre), que podía echar a perder la cosecha y el trabajo de todo un año.


A pesar de que el año se presentaba tan difícil, para nosotros ha sido una virguería, porque estos años difíciles es cuando las bodegas tienen que dar la talla. Al final no se trata de un año bueno o malo, sino de que la bodega sepa manejar esa añada de la forma más conveniente para seguir dando un buen vino.

Pese a todo, el ‘cielo’ terminó por dejarnos y gracias al esfuerzo de todo el equipo humano de la bodega la uva entró en un estado sanitario inmejorable. La verdad es que, dejando atrás el sufrimiento, el año ha sido una gozada, porque los vinos que han ido saliendo, como recompensa de la emoción y el suspense, han dado la cara y son unos vinos que a priori tienen una pinta estupenda, un color tremendo, mantienen muy bien la fruta, son vinos frescos y están bien equilibrados, porque la maduración ha sido más lenta que los últimos años, de libro que dirían algunos. Unos vinos muy elegantes del tipo de los que podían ser de forma tradicional aquí en la Ribera del Duero. Y creo que con la cosecha de 2008 sacaremos buenos caldos. Hemos superado con nota la vendimia. Hemos tenido algo menos de rendimiento que el año pasado, pero estamos contentos. ¡Esto promete!



We’ve got it. After a huge effort and the weather conditions threatening us we endless rains we manage to finish the harvest; on time; obtaining excellent grapes. At this stage of the elaboration we can say this vintage looks really promising.