martes, 23 de junio de 2009

Blanco del verano













Llegó el verano y coincidiendo con la entrada de la nueva estación –la cuadrilla ha hecho un magnífico trabajo- hemos culminado en el viñedo la poda en verde, una operación fundamental en la que ponemos los cinco sentidos ya que con ella seleccionamos los brotes de los cuales obtendremos la cosecha del año.

Se trata de una reducción de la masa vegetal con la que al mismo tiempo vamos buscando que en un futuro se desarrollen aproximadamente ocho racimos por cepa bien expuestos a la luz y al aire para obtener la mejor calidad en el fruto.

Los racimos ya están totalmente cuajados y, aunque la cosecha está prácticamente decidida, habrá que esperar un poco ya que, según como venga el año para la planta, aún puede ser necesario algún aclareo de frutos, algo que terminaremos de definir cuando el grano de uva tenga tamaño guisante.

Todos los tallos ya están recogidos entre los alambres y me encantaría poderos trasladar la sensación de estar a la sombra de la viña, verde y preciosa, ya con el fruto cuajado bajo sus pámpanos sintiendo el aerecito en la cara.

Así, como la brisa, es nuestro verdejo 2008, fresco y frutal, como zumo para el calor, amarillo como la luz a través de las hojas, huele intenso como fiesta de primavera donde brotes verdes y pétalos se divierten. Un blanco de la Denominación de Origen Rueda del que hemos elaborado 10.000 botellas y que acabamos de lanzar al mercado. Os recomiendo tomarlo bien frío.

martes, 9 de junio de 2009

Entre ‘Cañas y barro’ y ‘Caiga Quien Caiga’













Con la primavera todo se revoluciona y ha aumentado frenéticamente nuestro ritmo. Una agenda que reporta alegrías porque el trabajo bien hecho va dando sus frutos y prueba de ello es la Medalla de Plata obtenida por Martín Berdugo crianza 2006 en el prestigioso concurso Tempranillos al Mundo, celebrado en Estocolmo.

Tanto en la bodega, ante el lanzamiento de los primeros vinos de la cosecha 2009, como en los viñedos, donde ha empezado la poda en verde, estamos ‘a toda máquina’. En mi caso a todo eso se suma que cual correcaminos -¡Bip! ¡Bip!- al que lleva el diablo ‘perseguido’ por el coyote sigo sin poder deshacer la maleta. En mayo participé en Ciudad Real en FENAVIN, la Feria Nacional de Vino, principal cita del sector de nuestro país. Es una muestra deliciosa, en la que te encuentras como en casa porque la organización es inmejorable. Una cita en la que presentamos nuestro stand anticrisis, realizado con las cajas de cartón de nuestros vinos para dar animación. ¡Imaginación al poder! Un éxito porque captó la atención de muchísima gente.

Sin embargo, la situación económica se ha hecho notar. En líneas generales FENAVIN ha estado más floja que en años anteriores y no ha sido muy suculenta en cuanto a contactos comerciales. Otra cosa es a nivel humano, ya que me reencontré con viejos conocidos, y he intercambiado impresiones con gente muy interesante de otras bodegas que coinciden en las enormes dificultades que existen actualmente para comercializar los vinos y, lo que es más importante, lo mucho que cuesta cobrarlo con un nivel de impagos que está por las nubes.

En estas semanas también he girado por Cataluña para visitar a nuestros clientes y prácticamente sin solución de continuidad me desplacé hasta Valencia para dirigir una cata en La Albufera, sobre unas barcazas en plena laguna. Fue alucinante, con unas barracas de fondo que evocaban imágenes de ‘Cañas y Barro’, la mítica serie televisiva de los años 70 basada en la novela de Vicente Blasco Ibáñez, y por otra parte una puesta de sol y unos contraluces que te transportaban a los atardeceres del Café del Mar en Ibiza.

La cata la organizó nuestro distribuidor valenciano Manuel Monzó y aglutinó a un grupo muy importante de hosteleros. Y el ambiente fue casi mágico. La gente salió contentísima porque, al final, por mucho que te cuenten de lo que se trata es transmitir las sensaciones y la cultura que hay en torno al vino y ese objetivo se cumplió con creces. La gente se soltó, se encontró muy a gusto y el vino sirvió de excusa para tener una reunión agradable.

Por otra parte, me llegan noticias de Diego, nuestro hombre en Estados Unidos, quien, cual reportero de ‘Caiga Quien Caiga’, consiguió que José María Aznar probara Martín Berdugo. El ex presidente, que al margen de cuestiones políticas es un gran embajador de los vinos Ribera del Duero y un personaje muy relevante, pasaba por Miami donde se celebraba la Feria Mediterránea en Experience. Diego, que es como un caza recompensas, no dejó pasar la oportunidad. “Me comentó que no conocía la marca, aunque le insistí que creo recordar lo probó en Silos, pero no se acordaba. Además de enviarle una botella a la habitación, lo probó después y luego tuve la oportunidad de charlar con él. Le comenté cual era la estrategia de Martin Berdugo en USA y le alegró saber que poco a poco, las empresas españolas traspasan las fronteras de una forma más activa y no están simplemente a la retaguardia, esperando en casa a que los mercados se abran para ellas”, relata. ¡Misión cumplida!