viernes, 26 de diciembre de 2008

Viaje a Corea (II), vino versus soju







Los coreanos son principalmente bebedores de cerveza, trasiegan del orden de 54 litros por persona al año, siendo la segunda bebida alcohólica más popular el soju o soyu, un licor de arroz. Vino apenas consumen 0,83 litros. Sin embargo esta tendencia va cambiando y la demanda de vino está registrando espectaculares incrementos, como en 2007 que creció el 38,5%. Para ellos se ha convertido en un producto saludable y sofisticado y es un orgullo ver tus vinos en los restaurantes coreanos tradicionales y comprobar hasta qué punto compartir una botella puede llegar a unirte y acortar distancias a pesar de la diferencia de culturas.

Saben apreciar lo bueno y fue una gozada degustar, sentado en un suelo con calefacción radiante, descalzo y frente a una mesita con hornillo, un Martín Berdugo acompañando a unos espectaculares arroces con carne y brotes vegetales. En general la comida es superpicante, y prácticamente probé de todo –me encantaron una especie de rollitos de sushi, la pasta de doenjang hecha con soja y las gambas rebozadas- a excepción del controvertido perro que prometo que ni siquiera me llegaron a ofrecer.

Es fundamentalmente la gente joven la que está consumiendo vino e introduciéndose en la enocultura. Coreanos de entre 35 y 45 años con un poder adquisitivo elevado, porque es un producto caro. Una botella que origen pueda costar 10 euros allí puede llegar a los 30. Ya solo la tarifa arancelaria sube un 15%, a lo que hay sumar un impuesto especial sobre el vino del 30% y una ‘tasa de educación’ del 15%.

Con Simon de cicerone recorrí una buena parte de la ciudad, descubriendo una urbe moderna y sofisticada, muy cercana a lo occidental, y sorprendentemente accesible. (Continuará)

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