lunes, 18 de mayo de 2009

Al otro lado del charco (I). Chicago, contagiados por el espíritu de Obama












Llevo unas semanas que no paro, cual Willy Fog en su alocada carrera contra el reloj para completar la vuelta al mundo en 80 días, con apenas tiempo para deshacer las maletas y sentarme a compartir mis experiencias o reflexiones. Acabo de regresar prácticamente de Fenavin, en Ciudad Real, pero unos días antes salté el charco bajo el objetivo de, aprovechando la celebración de tres importantes certámenes enológicos, reorganizar nuestro esquema de comercialización en Estados Unidos.

Exportamos al mercado norteamericano desde el año 2003 y en este periodo hemos conseguido colocar allí el 7% de nuestra producción. Sin embargo, el importador que teníamos ‘desapareció’ y al parecer ‘emigró’ a Australia y le perdimos el rastro. Afortunadamente tuvo ‘la consideración’ de no dejarnos a deber ningún pedido, aunque eso sí todo apunta a que presuntamente el pufo se lo emplumó al banco que emitió la tarjeta de crédito.

Hasta ahora él era el único cliente y estábamos en sus manos; una persona con la que a la postre no tienes nada en común y que no encaja con la filosofía de la bodega. Ahora vamos a relanzar el tema, cambiando de enfoque. Hemos fichado a Diego, que vive en Miami, y es el agente con el que vamos a montar la importadora allí. Es quien va a ser la imagen de Martín Berdugo en EEUU y se encargará de ir a visitar a los clientes finales, para saber exactamente dónde estamos vendiendo. Después buscaremos a los distribuidores y nos encargamos nosotros mismos de hacer todos los trámites de importación, almacenar el vino en Miami y desde allí hacerlo llegar a todo el país.

Pues ya con las ideas claras, Diego y yo nos lanzamos a la conquista del ‘territorio americano’. Nos hemos pateado juntos ni sé los kilómetros, bajo el sol y bajo la lluvia, aunque siempre cantando. Comenzamos por Chicago; conocida coloquialmente como Second City (la Segunda Ciudad) aunque no sé por qué, porque en realidad es la tercera con mayor número de población tras Nueva York y Los Ángeles. Allí participamos del 17 al 19 de abril en la segunda edición del World Wine Meetings América, un encuentro de negocios entre más de 100 productores de toda Europa, Argentina y Australia con importadores de toda América.

La feria se celebró en el Embassy Suites Dowtown y resultó muy interesante porque hicimos buenos contactos, aunque fue agotador ya que funciona con reuniones programadas entre interesados de ambas partes y teníamos ininterrumpidamente citas cada 40 minutos con distintos importadores y distribuidores.

Pese al ‘maratón’ hubo tiempo de dar una vuelta por la ciudad y en cada rincón descubres imágenes que te llenan, época de tulipanes, con la primavera dejándose sentir. Uno de los lugares que más me impresionó fue la escultura de Jaume Plensa en Millenium Park. Es el monumento a la comunicación, a la reflexión, a la energía, al acercamiento, a la naturaleza, a la luz, a la calidez humana… Todavía tengo los pelos de punta. Y visita obligada era el Green Mill, en sus túneles Al Capone almacenaba el
Alcohol y os juro que parecía que acaba de salir por la puerta.
Y por todos los lados se siente la presencia y la energía renovadora de Obama. En su ciudad se respira un ambiente de esperanza y nosotros aprovechamos para encomendarnos a su imagen pidiéndole que nos ayude a vender vino. (Continuará).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy chulo (y fresco) el artículo y las fotos.

Suerte en la aventura americana.

Un abrazo,